Título: Rhetorics of fantasy.
Autor: Farah Mendlesohn.
Año de publicación:2008.
Editorial: Wesleyan University Press.
Idioma original: inglés.
Número de páginas: 306.
En Rhetorics of Fantasy, Farah Mendlesohn no busca definir la fantasía, sino comprender cómo se construye este género, a partir del estudio de su lenguaje y sus estrategias retóricas. Esto con el fin de determinar algunas herramientas críticas y teóricas que posibiliten la investigación al respecto. En otras palabras, es un libro que busca definir las estructuras de la literatura fantástica, no definir el género.
Para la autora, lo fantástico depende, en gran medida, de la relación dialéctica entre autor y lector para la construcción del sentido de asombro y maravilla. Además, considera que las narraciones de fantasía tienen éxito cuando las técnicas literarias empleadas son apropiadas para las expectativas que el lector tiene en torno a un determinado subgénero. Partiendo de lo anterior, propone cuatro categorías dentro del género, las cuales están determinadas por la manera en la que lo fantástico entra en el mundo narrado. Estas son: portal-quest, immersive, intrusive y liminal.
Portal-quest hace referencia a los mundos fantásticos que están al otro lado de un portal, razón por la cual los humanos (no la magia) debemos cruzar a través de estos para llegar. En esta categoría el protagonista pasa de una vida mundana, sin magia, a tener contacto directo con lo fantástico. Aprende sobre el mundo al que ha llegado una vez está dentro del mismo y ese conocimiento usualmente está condicionado por un destino que debe cumplirse. En esta categoría siempre hay entrada, transición y negociación entre el protagonista y el mundo. Asimismo, el rol del lector es de compañía y audiencia del protagonista de la historia, quien lee, está atado al personaje y depende de sus explicaciones y decodificaciones del mundo. Además, suele ser pensado como parte de una audiencia a la cual se le está contando un relato.
Immersive gira en torno a los relatos que presentan lo fantástico sin comentar nada al respecto. Tiene lugar en mundos construidos de tal forma que funcionan en todos los niveles como mundos completos. En esta categoría los personajes toman por sentado los elementos fantásticos que los rodean y conviven en comunión con lo mágico y fantástico, aún cuando ellos no lo sean. Lo que se cuenta no es el descubrimiento del mundo, sino su pérdida. El lector se posiciona sobre los hombros del protagonista, por lo cual sólo tiene acceso a la perspectiva de mundo que éste tiene, razón por la cual, muchas veces no se dan explicaciones sobre cosas que son cotidianas para el personaje, pero no para quien lee el relato. Es decir, el lector es pensado como parte del mundo, tal como los personajes sobre los que lee. Así, más que estar inmerso en el mundo, lo está en el protagonista: en su perspectiva, en aquello que le importa y en el mundo que construye a partir de su punto de vista.
Intrusive se refiere a la intrusión de lo fantástico en el mundo real, aunque también puede haber intrusión en fantasía portal-quest y en immersive. La intrusión genera una ruptura en lo que se considera como normal y se debe negociar con la misma, derrotarla o, si es el caso, controlarla. Es una fantasía de aura, es decir, de creación de ambientes y atmósferas que sumergen a los personajes y al lector en escenarios propicios para la aparición y entrada de lo fantástico. Como consecuencia de lo anterior, los sentidos, entre ellos la vista, el oído y el tacto, son de gran importancia, puesto que el punto de vista del lector sobre el mundo de la historia, depende de lo que los personajes sienten y de cómo se narran estas sensaciones. En esta categoría lo fantástico respira en el cuello del protagonista y del lector, creando el sentimiento de que algo se acerca o de que algo va a ocurrir. De esta forma, la narración lleva al lector y/o al protagonista a aceptar lo fantástico como real.
Liminal consiste en las historias en las que el protagonista es invitado a cruzar el umbral hacia lo fantástico, pero decide no hacerlo. El resultado de esto es que lo fantástico se filtra a través del portal y llega al mundo de los personajes. Sin embargo, cuando lo fantástico aparece, en lugar de ser un evento notable, apenas genera reacciones en el protagonista, lo cual produce dudas en el lector. Es decir, quien lee duda porque la reacción del personaje le es extraña, ya que éste no responde con el comportamiento habitual que se puede ver en los relatos fantásticos, el cual es asombro, miedo o maravilla. Asimismo, el lector se sienta en el subconsciente del personaje, quien le proporciona su punto de vista, pero nunca llega a comprenderlo porque lo fantástico es visto de formas distintas por ambos. Sumado a lo anterior, siempre está el límite entre si lo que estamos leyendo es fantástico o no, puesto que lo fantástico podría actuar sólo como metáfora de alguna otra situación.
Las categorías que propone la autora posibilitan una forma de entender el género a partir de las estrategias retóricas. Esto nos lleva a preguntarnos por la forma en la que el uso del lenguaje determina: la posición del lector, el paso de lo real a lo fantástico y la forma en la que se construyen ciertas atmósferas y cómo estas influencian las expectativas del lector frente a los hechos que tendrán lugar.
Teniendo en cuenta lo anterior, te invitamos a explorar los planteamientos de la autora y a cuestionarte si las categorías que propone son suficientes para clasificar todas las obras de este género o si crees que se podrían proponer más. La posibilidad de relacionar sus categorías con los ejemplos que coloca y con tus experiencias de lectura te permitirá entender mejor cada una y tener una idea más clara en torno a las distintas relaciones de lo fantástico con el mundo que habitamos.
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