Título: Cuentos de Madame D’Aulnoy.
Autor: Madame D’Aulnoy.
Idioma original: francés.
De esta edición:
Año: 1851.
Editorial: Biblioteca nacional.
Idioma: español.
Número de páginas: 34.
Wikimedia Commons.
Aunque no podemos rastrear el origen de los cuentos de hadas hasta un contexto y momento histórico específico, sabemos que los cuentos han acompañado a los seres humanos desde siempre, evolucionando culturalmente a través del tiempo. Así, debido a su vínculo histórico con los distintos tipos de narración de la humanidad, los cuentos de hadas han pasado de ser relatos orales a textos escritos y, posteriormente, se han expandido a diversos medios gracias a las invenciones tecnológicas.
Ahora bien, aunque no podamos estar seguros de su origen específico, sí tenemos registro de la primera vez que se usó el término “cuento de hadas”. En el periodo fundacional del cuento de hadas literario en Europa (1670-1710), las hadas hacían parte de los cuentos, aunque no destacaban especialmente, hasta que Madame D’Aulnoy introdujo por primera vez el término con sus Contes de Fées, publicados en 1697.
D’Aulnoy, escritora francesa, hacía parte de los salones literarios de la época, en los que, junto con otras mujeres, compartían sus cuentos de hadas antes de publicarlos. Teniendo en cuenta que en ese momento histórico tenían pocos privilegios en la esfera pública, estos salones les permitían demostrar su habilidad y sus cuentos les proporcionaban la opción de expresar su resistencia a las condiciones en las que vivían. En sus cuentos de hadas encontraban la posibilidad de expresar sus deseos y necesidades, alejadas de la supervisión de la Iglesia y de los dictados del rey.
En esta edición de los cuentos de Madame D’Aulnoy, publicada por la Biblioteca Universal, encontramos “La bella de los cabellos de oro”, “El ramo de oro”, “El buen ratoncillo”, “El carnero”, “Fineta la cenicienta”, “La princesa Rosita”, “El pájaro azul” y “La gata blanca”. Estas historias tienen lugar en reinos, cuyos protagonistas sufren desgracias o deben llevar a cabo alguna misión que pone en riesgo su vida. Es en este contexto que las hadas toman un lugar relevante, siendo esenciales en la trayectoria de los protagonistas, ya sea a través de objetos o indicándoles a dónde ir o qué hacer. Es importante resaltar que las hadas no siempre son buenas y, también, que su presencia es constante en la vida de los seres humanos desde antes del nacimiento hasta su juventud y adultez.
Otros aspectos a resaltar de los cuentos son las descripciones de los lugares y, en especial, de los palacios o torres en los que se desarrolla la acción. Éstas nos muestran espacios ricos y llenos de joyas, similares a la corte francesa de la época. Sin embargo, en medio de las descripciones, Aulnoy no duda en incluir elementos sorpresivos que impactan al lector y rompen con la belleza de los otros objetos. Por ejemplo, en El ramo de oro nos encontramos una mano sangrienta en medio de unos cajones con muchas riquezas. Lo inesperado de estos detalles o de las acciones violentas de las historias generan la inclusión de nuevos personajes o hechos que el lector no veía venir. Asimismo, estas historias ponen como eje central la virtud de los protagonistas, lo que está ligado a la visión que querían promover del hombre y la mujer como seres virtuosos y amables. Además, la belleza y la monstruosidad de los personajes es algo que también nos enseña la virtud o maldad de estos.
También, podemos observar el uso de recursos narrativos como el saltar de un personaje a otro para contar lo que ocurre en lugares y momentos diferentes o al mismo tiempo, o el mostrar historias en otros formatos dentro de los cuentos. Por ejemplo, en “El ramo de oro”, los protagonistas ven parte de su historia en los vitrales de una torre y también se enamoran y desean ser como algunos de los seres que ven allí representados. Por último, podemos decir que el matrimonio es fundamental en estas historias, ya que suele ser el motor de todas ellas.
Teniendo en cuenta lo anterior, te invitamos a leer los cuentos de D’Aulnoy porque, con un estilo propio de los salones literarios franceses, resaltan la virtud de sus protagonistas y demuestran que la nobleza y los valores permiten obtener un final feliz, aún en medio de situaciones desastrosas. Además, estos cuentos marcaron un punto de partida fundamental para lo que actualmente conocemos como cuentos de hadas y nos enseñan un periodo de la literatura occidental en el que las hadas fueron figuras determinantes y en el que se comenzaron a concretar algunas de las características principales de estas criaturas y de su reino. Más aún, estas historias hacen parte de un momento en el que las mujeres deciden tomar la pluma y transmitir a través de sus relatos su visión de mundo y los cambios que quieren para éste.
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