Título: Una vuelta de tuerca.
Autor: Henry James.
Año original de publicación: 1898.
Editorial: Penguin books.
Idioma: inglés.
Número de páginas: 130.
Una vuelta de tuerca es un relato contado a la luz del fuego. Un manuscrito entregado y leído para que tanto los que escuchan la historia como los lectores puedan conocer la relación de unos hechos escalofriantes. La voz principal es una mujer que llega a trabajar como institutriz de un niño y una niña en una vieja mansión en Inglaterra. Los niños son descritos como criaturas angelicales a las cuales sólo se puede amar. Sin embargo, poco tiempo después, tienen lugar dos eventos que arrojan sombra sobre la imagen perfecta de los infantes: una carta del colegio de Miles en la que lo expulsan por mal comportamiento, sin dar ninguna explicación de qué fue lo que hizo, y la aparición del fantasma de un hombre que antes trabajaba en la mansión. A partir de ese momento, se le plantea al lector la pregunta de si lo que lee es verdad o mentira, si en realidad lo fantástico está presente o no.
Presentado por Todorov como uno de los pocos textos, sino el único, que consigue mantener la vacilación necesaria para que pueda denominarse como fantástico, Una vuelta de tuerca cuenta con varios elementos que le permiten sembrar la duda en el lector. La perspectiva en primera persona tiene como consecuencia que conocemos una única interpretación de los hechos, la cual, incluso cuando se introducen los diálogos y estos muestran una versión diferente, tiende a prevalecer. Esto, gracias a que la narradora con sus descripciones y sus afirmaciones afecta el criterio de la criada que la acompaña y tiende a imponer sus razonamientos y sus sentimientos sobre ella.
Asimismo, a lo largo de la historia nada se cuestiona, en su lugar, todo aquello que genera preguntas se llena con suposiciones que nunca llegan a ser afirmadas o negadas. En relación con esto, los niños y su comportamiento un tanto extraño, así como su silencio frente a muchas cosas, posibilitan que sea la opinión de la institutriz la que de sentido a la situación. Además, la identificación que pretende el autor entre lector y personaje principal coloca al primero en un contexto reducido en el que sólo se conocen de primera mano las reacciones y sentimientos de la protagonista, los cuales influyen la comprensión de la historia y su mundo en la persona que lee.
Te invitamos a leer Una vuelta de tuerca y a que te preguntes si crees que la vacilación se mantiene y a qué causas se podrían atribuir los hechos, ¿la locura, lo fantástico? Está en cada uno de nosotros decidirlo.
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