Autor: Sir Arthur Conan Doyle.
Años de publicación: 1887- 1915.
Año de edición: 2015.
Editorial: Penguin Random House.
Idioma original: Inglés.
Número de páginas: 677.
Sherlock Holmes. Novelas, recopila cuatro historias protagonizadas por el famoso detective y narradas por el doctor Watson: Estudio en Escarlata (1887), El signo de los cuatro (1890), El perro de los Baskerville (1901) y El valle de la muerte (1915). Al inicio del primer relato, por circunstancias particulares, Watson se encuentra con un sujeto misterioso, cuya profesión no es clara y sus hábitos tampoco. Sus costumbres poco comunes e inquietantes lo llevan a acercarse a él poco a poco, partiendo de su interés por saber más al respecto.
Tras múltiples conjeturas y sin poder evitar el deseo de conocer la verdad, el narrador se enfrenta con el protagonista y le pide explicación sobre su profesión. Es entonces cuando descubre que el misterioso hombre es un detective. Sherlock invita a Watson a trabajar con él, lo que le permite conocer, poco a poco, los métodos del detective, los múltiples conocimientos sobre historia criminal que este posee, y descubrir su asombrosa capacidad de observación y deducción. Así, como acompañante de Holmes, el doctor Watson se verá involucrado en la búsqueda de la verdad en casos aparentemente inexplicables.
Conan Doyle, escritor y médico británico, le dio vida a un personaje cuya historia ha logrado trascender el tiempo y los medios, de tal forma que, aún más de un siglo después de su publicación, no solo sigue convocando una gran cantidad de lectores, sino que, además, se ha vuelto referente y punto de partida para múltiples adaptaciones. Y, aunque en las novelas es claro que el interés de Holmes nunca fue ser reconocido por su ingenio en la resolución de los casos, sino la satisfacción de conocer la verdad de los hechos, es evidente que no solo llegó a ser aclamado por su entorno sino, también, por sus lectores. Tanto así que, por petición de los fieles seguidores de los misterios de Holmes y a causa de necesidades económicas, al autor le fue imposible matar al personaje, como lo había considerado en un momento.
Aspectos como su desapego de todo aquello que desvíe su mente de su profesión, su decisión de involucrarse por completo en los hechos hasta llegar a sus orígenes (aunque eso ponga en peligro su vida), su capacidad de observación de los eventos o de la ausencia de estos, su actitud de sospecha frente a lo obvio y su interés por los pequeños detalles lo hacen el personaje que todos conocemos. Acercarnos a él desde la perspectiva de Watson permite que el lector se identifique con el compañero de Holmes, experimentando sus dudas y sospechas sobre el detective y, de esta forma, lo vaya conociendo poco a poco y mejor a través de cada novela. Además, aunque son breves, los diálogos entre Holmes y Watson hacen posible que el lector corrobore sus percepciones sobre el detective.
Asimismo, la posibilidad de que el lector se pueda identificar con Watson le permite ir formando su capacidad de deducción, atenta a los detalles y lista para sospechar de todo y de todos. De manera que, con el paso de las novelas, sus hipótesis sean cada vez más sólidas, así como le pasa a Watson (lo cual se evidencia, especialmente, en El perro de los Baskerville). Esto le trae satisfacción al lector de dos maneras: coincidir en sus deducciones con los hechos o quedar asombrado ante una solución que no imaginaba.
Al respecto, consideramos importante destacar que, si bien cada novela va fortaleciendo la deducción en el lector y se mantiene un esquema en los relatos, no es posible garantizar que después del primer misterio esté listo para resolver los demás, pues cada caso es muy particular y, asimismo, van aumentando en su complejidad. Es decir, si bien los métodos aprendidos en cada caso se pueden aplicar al siguiente, el lector está en constante aprendizaje de cosas que solo un hombre como Holmes podría saber para descubrir la verdad.
Lo anterior permite, además, que el misterio se introduzca y se mantenga a lo largo del relato de una forma muy sugerente y llamativa. Aunque Holmes tiene sus hipótesis desde el comienzo de la narración, el lector las va conociendo en función de los hechos, lo cual le aporta veracidad a las mismas y razones coherentes a la resolución. Esto sumado al hecho de que cada novela está situada en un contexto real, ya que hay presencia en los relatos de personas que vivieron en la época en la que estos fueron escritos, lo que permite al lector experimentar cercanía con los hechos y los personajes.
Por sus habilidades, sus métodos deductivos, su filosofía de vida, su estilo, sus costumbres, entre otros aspectos, podemos decir que Sherlock Holmes se ha convertido en el arquetipo de detective, de quien se han tomado diversas características para dar vida a los detectives que han surgido después de él.
Para terminar, recomendamos la lectura de este libro si quieres introducirte en diversos misterios y resolverlos acompañado del más grande detective de todos los tiempos, cuyos métodos continúan siendo vigentes en la actualidad. Además, teniendo en cuenta que actualmente encontramos retellings en literatura, cine, videojuegos, entre otros, creemos que es valioso conocer las novelas originales para tener claras las características de los personajes, los misterios y sus sucesos y, por supuesto, los métodos de Holmes y sus costumbres.
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